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En el año 2014 se aprobó el Plan de Ordenamiento Territorial que en su estructura planteó varias subzonas. Dentro de estos diferentes macroproyectos, se encuentra el de Río Centro que abarca toda la zona adyacente a Ruta N. Años atrás a la aprobación de este instrumento de planificación, Ruta N, con un equipo de arquitectos y urbanistas, decidieron potenciar la zona adyacente al complejo y para ello, se realizó un trabajo muy completo en alianza con el Sensable City Lab de MIT donde confluyeron personajes como Carlos Ratti y Dennis Frenchman, entre otros, quienes, con gran recorrido en la materia, delinearon lo que para la época era el primer distrito de Innovación de la región. Este Distrito logró encajar en el POT y en el macroproyecto habilitó la posibilidad de 1,5 millones de nuevos metros cuadrados de vivienda y diferentes actividades económicas, que de manera categórica harían de la zona, un lugar propicio para el emprendimiento, la innovación, creatividad, pero, sobre todo, para crear colisiones de conocimiento y así producir innovaciones. El entusiasmo de la época nos llevó a plantear el complejo Ruta N dos, donde aspirábamos a seguir instalando startups de todo el mundo, pero también a las Universidades del G8 con servicios de laboratorio compartidos. Sin embargo, han pasado 7 años de la reglamentación del POT, de tener un Distrito de Innovación diseñado, e inclusive, la voluntad de algunos fondos de capital privado interesados en invertir en la zona, pero, por alguna razón, a hoy no se ha puesto un solo ladrillo.
La semana pasada se anunció la aprobación de Medellín como Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación – Cti-, noticia sin lugar a dudas llamativa, que sin titubeos y, de manera responsable debe recoger todos estos años de trabajo, integrarlos y darle fuerza de nuevo a un proyecto maravilloso que busca generar densidad de conocimiento y empresarial, en una de las zonas de más baja creación de empresas en Medellín.
Ruta N tiene una posibilidad enorme si logra integrar el ya conocido Distrito de Innovación con la nueva ley de Distrito especial, enmarcarla en una apuesta de empleo juvenil y buscar la aprobación de una zona franca de servicios que permita emplear miles de jóvenes que quieren formarse y trabajar en industrias 4.0.
El Global Institute of Innovation District tiene referenciado nuestro Distrito de Innovación de tiempo atrás, sin embargo, lo logrado en la materia es apenas la punta del iceberg de lo que puede llegar a ser, razón por la cual, si las voluntades políticas, universidades, gremios, el Comité Universidad-Empresa-Estado se alinean en un solo propósito y son convocados a potenciar este Distrito, tal vez, seamos capaces de detonar, quizás, una de las estrategias más poderosas de generación de oportunidades, que nos convierta en un verdadero referente de conocimiento e inclusión.
Si por un momento dejamos a un lado tanta división y nos unimos por una causa tan loable como es la CTi, quizás generemos un oasis de distensión entre tantas noticias que hoy día agobian y preocupan en nuestra sociedad.
Sea este el momento para pensar en grande, en la gente, en generar una plataforma de convergencia donde todos cabemos. El Distrito de Innovación es uno de los caminos
