Hoy como todas las semanas me siento frente a la computadora y busco las palabras. Esta columna se ha vuelto un rito de introspección que hago cada semana. El camino que recorro hasta llegar aquí es muy variado. Hay columnas que llevan semanas, hasta meses en mí. Algunas dependen de libros que he leído y otras llegan de improvisto. Son como un rayo. Algo que me fulmina y que tengo que sacar de mí. Otras son algo lento que requiere investigación y tiempo. Aunque en todas siento que hablo con mis lectores, la inmensa mayoría de las veces el diálogo es conmigo. En este espacio la que aprende soy yo.
Pero esta semana es distinto. Tuve que desechar lo que tenía planeado pues en mi mente solo da vuelta una frase. Es de Séneca, el estadista y filósofo...