No es un secreto que el mundo temporalmente unipolar configurado luego de la victoria de EE. UU. en la Guerra Fría terminó hace algunos años, y el poder solitario estadounidense político, económico, tecnológico e inclusive militar viene perdiendo preminencia, en alguna medida por errores propios de sus formuladores de gran estrategia, pero en gran parte por el acierto y desarrollo de sus rivales; unos viejos como la derrotada Rusia, y más nuevos como la vigorosa China que empieza a salir de su etapa...