Dos décadas del siglo pasado, sesenta y setenta, fueron pasadas a guantes por este musulmán converso. Fueron las mismas de la píldora, los Beatles, mayo del 68, los hippies, Vietnam, “haga el amor y no la guerra”.
Tener veinte años en ese entonces era no saber para dónde mirar, todo estaba estrenándose, todo fulguraba. El mundo por primera vez era único, sin que hubiera guerra mundial. Nacían conceptos: juventud, mujer, placer. Cada melenudo era inmortal.
¿Este pelo quieto que brinca en la ‘pelea del siglo’ -todas lo eran-, qué cosa destruye con sus puños? ¿Por cuál rara solidaridad nos reconocemos en su insolencia? Acaso guarda algo en común con las guitarras, las blusas indias de las muchachas, las flores en sus cabezas?
Mucho en común, sí....