Por Armando Estrada Villa
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Este bello y acogedor municipio de la costa atlántica antioqueña es escenario de uno de los grandes problemas del mundo en la actualidad: la migración de miles de habitantes de los países más pobres en búsqueda de oportunidades laborales en los países ricos, asunto en el que Estados Unidos es el destino preferido. Empujados por la necesidad, millones de personas salen de su territorio de origen con el ánimo de fijar en otro más desarrollado su domicilio, y por falta de recursos hacen el viaje en medios de transporte rudimentarios, a veces a pie. Muchos son ilusionados por coyotes que han hecho del ansia de migrar de los más desfavorecidos un negocio ilegal.
Por ser cabeza de puente para ir a Panamá y de allí a Estados Unidos, Necoclí vive una descomunal problemática, una que reclama pronta y efectiva atención del gobierno nacional. Miles de migrantes desbordan con creces la capacidad hotelera, sanitaria, de seguridad y alimentaria. En suma, el municipio no tiene cómo albergar este elevado número de personas. Pero es que en sus países de origen tampoco tienen cupo y si acaso lo tienen, es para sobrevivir en la penuria. Por eso, el hambre, el desempleo y la pobreza los obliga a buscar mejores horizontes fuera de su patria, corriendo todo tipo de riesgos y pérdidas, desde la libertad, la integridad física y hasta la vida.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en su “Informe sobre las migraciones en el mundo, 2020”, en 2019 había en el mundo 272 millones de migrantes internacionales, 52 % hombres y 48 % mujeres, equivalente al 3,5 % de la población mundial, mientras que en el 2000 eran 174 millones, equivalentes al 2,8 % de la población, y en 2010 eran 221 millones, equivalentes al 3,2 %. Estos datos demuestran que la migración es un fenómeno creciente y que Estados Unidos es el primero entre los países de destino, con 50,7 millones de migrantes internacionales.
Los factores de expulsión en los países de origen, así como los de atracción en los países de destino, son claros y determinantes. Incapacidad de satisfacer las necesidades o aspiraciones del migrante potencial, debido a la grave inestabilidad económica y política producida por el desempleo, la violencia, la pobreza, el cambio climático y el hambre, entre los de expulsión. Y la promesa de satisfacción relativa de las necesidades, la posibilidad cierta de encontrar empleo y la esperanza de mejoramiento económico obran como factores de atracción.
De continuar concentrándose en Estados Unidos y las naciones más desarrolladas la riqueza y el ingreso, la tecnología sofisticada y el alto nivel de vida, las barreras legales que generalizan políticas restrictivas de acceso a los países receptores estarán condenadas al fracaso, porque las necesidades insatisfechas de los migrantes las franquearán. Y los inconvenientes que vive hoy Necoclí se reproducirán exacerbados en muchas partes