En la Escuela se aprenden unas cosas. En la calle y en la casa se aprenden otras, tan importantes o más que las de la escolaridad. Así que debemos despejar ese espacio de tiempo de los estudiantes para esos otros aprendizajes que la Escuela, como recinto cerrado, no puede ofertar.
A la Escuela se la ha reconocido como la principal escena de formación, pero, como lo expresa el investigador chileno Carlos Calvo, es apenas una parte del amplio territorio educativo. La escolaridad termina en sus muros, pero el territorio educativo trasciende y fluye fuera de la escolaridad. Lo deseable sería que su contribución tuviera impacto positivo en el desempeño académico y social de los estudiantes, porque una cosa es el rendimiento escolar, y otra el efectivo...