Los padres queremos ver a los hijos triunfar, vencer, gozar y superarse. Queremos que les vaya bien en sus estudios, en el trabajo, en las relaciones, en el amor y en la vida. Nuestro gran anhelo es que triunfen y que sean personas muy felices. Sin embargo, a pesar de los grandes esfuerzos que hacemos la mayoría de los padres para proporcionarles a los hijos todas las oportunidades posibles para que triunfen en su vida, los resultados que estamos viendo no suelen ser lo que esperamos. Cada vez parece ser que hay más niños y jóvenes que, a pesar de que “lo tienen todo”, viven inconformes y aburridos, agradecen poco y exigen mucho, se dan por vencidos ante cualquier tropiezo o dificultad, no asumen sus deberes o responsabilidades y sus sueños...