Conmueve más la eliminación de la Selección Colombia que el asesinato sistemático de líderes sociales y defensores de derechos humanos.
Colombia es un país enfermo, en el que su gente poco se duele por la suerte de los demás más allá de su entorno cercano.
No se trata de negar la cohesión que genera la Selección, perfectamente válida, sino de mostrar que hechos graves nos resbalan.
Le resbalan al ciudadano de a pie y, más grave, al político y al gobernante.
A este paso habrá otro exterminio, como el de la Unión Patriótica.
Los que deberían decir algo no lo dicen. La prensa calla o minimiza lo que sucede.
Leía ayer un titular: Líderes, preocupados por aumento de asesinatos. Preocupado debería andar todo el país, pero se le resta importancia a lo que...