Querido Gabriel,
Es norteamericana, pero habla un cuidado español que ha aprendido gracias al amor de su compañero, al cariño de los niños, al curso simple de la vida en el Caribe colombiano y a un dedicado aprendizaje en el que ha puesto todas sus capacidades porque decidió formar una familia en este rincón del mundo, con alguna reticencia de sus padres, que aún la esperan en Carolina del Norte. “En mi país hay mucho individualismo y soledad, reina el dinero y el deseo de hacer con él lo que cada uno quiera. Acá en Colombia, con la gente del pueblo, con los amigos y con la familia, he aprendido qué significa ser parte de una comunidad”. La miramos, asombrados. ¡Cuánto aprendemos cuando nos dejamos observar por los ojos del viajero! ¿Hablamos...