En medio de tantas noticias falsas, cabe preguntar ¿por qué desde antes están diciendo que la marcha de la semana entrante está apoyada por “anarquistas internacionales que pretenden desestabilizar la democracia”? (comunicado público del CD, 7.11). ¿Será la excusa para legitimar cualquier violencia ese día?
En la democracia la gente tiene derecho a protestar y a marchar. Lo aceptó el mismo Iván Duque cuando no era presidente: “En la marcha del 1 de abril debemos participar quienes creemos que el gobierno está conduciendo mal a Colombia” (@IvanDuque 24.03.2017). Lo hizo para la marcha del uribismo en abril de 2017, cuando los uribistas protestaron en la calle contra el, hasta entonces, peor presidente de la historia. Entonces también marcharon el expresidente Uribe Vélez y la actual vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. Y no fueron antidemocráticos ni anarquistas por eso.
Nadie quiere ver repetidas en Colombia las imágenes de violencia policial o destrucción pública que se han visto en Ecuador, Chile, Haití o Bolivia. La gente tiene derecho a protestar cuando no está de acuerdo con un gobierno, y eso no la hace antidemócrata ni anarquista: ¿La está embarrando el gobernante de derecha de Chile? La gente protesta. ¿La está embarrando el gobernante de izquierda de Bolivia? La gente protesta.
Una persona prudente no toma un micrófono para afirmar que la marcha del próximo 21 de noviembre está al servicio de “anarquistas internacionales”; y no lo hace por respeto a muchos colombianos que, no por influencia internacional, saldrán a marchar con las mismas justificadas razones (para cada uno) como en su momento lo hicieron los uribistas. ¿Por qué estigmatizarlos? Todos tienen derecho a manifestar su inconformidad y eso no los hace antidemócratas ni peleles de los “anarquistas internacionales”. No provoquen, no calienten la tribuna, no estigmaticen la marcha ni enardezcan los ánimos. No a la violencia verbal. ¿O precisamente están buscando que la cosa se dañe?
Retomo parte de este trino de @JuanAbelG: “El comunismo fracasó, pero el capitalismo también. Hay exceso de impuestos, hacer empresas es un acto de fe, no hay ahorro, pensionarse se ve cada vez más lejos, la educación es cara..., la plata jode la cabeza, los bancos mandan, muy pocos viven tranquilos”. Este es el estado de más de la mitad de los colombianos; para muchos, razón suficiente para salir a la calle el 21N. No a la violencia física ni al vandalismo.