Hace unos meses, el Ministerio de Cultura presentó la Encuesta Nacional de Lectura que detectó las ciudades colombianas con mayor cantidad de libros leídos por año: Medellín mostró un promedio de 6,8; Bogotá 6,6 y Tunja 6,5. Identificó que el 51,7 % lee libros, 48 % periódicos y 32,2 % revistas. El 64 % lee redes sociales, 39,9 % correos electrónicos, 38,6 % páginas web y 15,7 % libros digitales.
Medellín saca pecho: ¡6,8 libros!
“¿Para qué los libros?, ¿para qué Dios mío?”, cantarían los abuelos. En la ciudad más lectora, los votos de los guardianes de Dios, Patria y Familia barren en las urnas...
Bajo esta perspectiva inapelable, que jamás duda, defender la sentencia C-221 de mayo de 1994 significa ser “drogadictos”, “potenciales jíbaros”. Enarbolar...