Los colombianos con frecuencia nos enaltecemos por nuestro carácter valiente y estoico, hoy no podemos ser inferiores. Día tras día hay algo nuevo para llorar. Por donde se mire, caminamos cuesta abajo, tanto es así que la popularidad del presidente y la de sus ministros da grima. Y qué no decir de las Farc, rechazadas por las mayorías pero apoyadas por los Santos.
Es tal el empeño de este Mandatario en lograr su paz, que empezó poniéndolos como si hubieran ganado la guerra, vio 17.000 hombres donde había 7.000. Escogió a Cuba para las conversaciones (hermanos marxistas) y no a un país imparcial. Parece que la consigna del Gobierno es ceder y ceder, pero la guerrilla corre a dar su opinión frente a los medios cada que puede.
En los tiempos del...