Por LUIS FERNANDO ÁLVAREZ J.
“Y Pilato dijo a los príncipes de los sacerdotes y a las gentes: Tomadle vosotros y crucificadle, porque yo no encuentro ningún delito en Él“ (Juan 19:6)
Dos milenios después, parece que algo similar está sucediendo en Empresas Públicas de Medellín, una de las mayores empresas públicas del país. El alcalde Daniel Quintero, presidente de la junta directiva, acompañado de un experto en gobierno corporativo, cita a aquella a sesión extraordinaria, con el fin de discutir la suerte del gerente Álvaro Guillermo Rendón, quien, según declaraciones del alcalde, venía realizando una gran labor en la empresa.
En efecto, el alcalde había declarado ante los medios de comunicación, que el doctor Rendón venía adelantando un excelente trabajo, que no se podía hablar de su salida de la Empresa, como se afirmaba a través de rumores adelantados por quienes querían desestabilizar el gobierno corporativo de EPM. Es de anotar que el alcalde, quien ahora citaba a la junta directiva con el fin de compartir una decisión sobre el gerente, es el mismo que meses atrás obligó la renuncia de la anterior junta directiva, precisamente porque, ignorando la participación y concepto de sus miembros, adoptó decisiones trascendentales para el futuro de la Empresa, como proponer al Concejo cambios en su objeto social y presentar fórmulas de conciliación para instaurar acciones judiciales contra los contratistas en Hidroituango. Parece que la lección se aprendió.
La nueva junta directiva, integrada por personas que debemos considerar de alto nivel, entre ellas algunos juristas de reconocida idoneidad, luego de una extensa y profunda discusión, hizo las veces de Poncio Pilato, pues aunque no adoptó medida alguna encaminada a la destitución del gerente, puesto que no podía hacerlo por carecer de competencia para ello, se limitó a expedir un comunicado en el que afirma que “... ha recomendado un cambio en la Gerencia General de la empresa a partir de la fecha”. Olvidó que tampoco tiene competencia para formalizar recomendaciones sobre decisiones que constituyen fuero del alcalde.
Finalmente, el alcalde Daniel Quintero, quien en repetidas ocasiones había resaltado la excelente labor del gerente, que había descartado su salida, que había agradecido su obra, decide, mediante decreto 0085 del 1 de febrero de 2021 “declarar insubsistente al doctor Álvaro Guillermo Rendón López, titular del empleo de libre nombramiento y remoción, denominado Gerente General, nivel directivo de Empresas Públicas de Medellín E.S.P. – EPM”. Y simplemente agrega, que contra dicho acto no procede recurso alguno.
La ciudadanía tiene derecho a conocer la verdad de lo que está sucediendo en EPM, patrimonio sagrado de los habitantes de Medellín y en general de los antioqueños, empresa modelo del sector público en el país. No puede ser que se tomen decisiones cuya competencia nadie discute, pero cuya trascendencia frente a las niveladoras de riesgo, el comercio internacional y la ciudadanía, dejan una estela de duda sobre la transparencia, orientación y manejo que se le está dando a la denominada “joya de la corona” del Municipio de Medellín