De niños nos impresionaba la expresión: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”. ¡Producía indignación pensar que alguien con todas sus posibilidades, por decisión individual y caprichosa; por terquedad y obstinación decidiera...No ver! Pero, lo que no imaginábamos era que, con el paso de los años, esto dejara de ser una situación o caso particular para llegar a ser una condición social y colectiva. Hoy por hoy, con tantas ventajas que nos ofrece este mundo, es justamente la sociedad local, nacional e incluso global, la que empeñada en mirarse sólo así misma; en ver lo que quiere ver... sintiéndose muy fuerte y segura con estos procedimientos errados, decide torpemente ¡que no quiere ver! Cuando desaparece la ética, y todo es llevado a...