Por Salomé Navia González
Universidad Pontificia Bolivariana
Comunicación - Periodismo, semestre 4
salome.navia@upb.edu.co
El Día Mundial para la Prevención del Suicidio, más lo ocurrido en la Universidad Javeriana, han provocado que el tema del suicidio y la depresión estén en boca de todos, tanto de los que saben, como de los que no.
Las opiniones no se hicieron esperar, surgieron cientos e incluso miles de publicaciones hablando sobre el tema, “Si te sientes mal puedes hablarme”, era una de las frases comunes que se leían en las publicaciones de las personas con buenas intenciones. Luego aparecieron las campañas para concientizar, como “Rock x la vida”, la iniciativa de la Alcaldía de Medellín. Lamentablemente, aparecieron opiniones llenas de desconocimiento, como la de una youtuber bogotana, quien aseguraba que las personas que sufren depresión y piensan en el suicidio no valoran los amaneceres ni valoran el poder levantarse cada día. Todo lo anterior, aun cuando se veían sus buenas intenciones, generó un disgusto en mí, esas publicaciones, charlas o conciertos, no sirven de mucho. No todos tienen la capacidad y la fuerza para expresar a alguien más por lo que está pasando, por ende, en caso de sentirse mal no van a buscar a aquella persona que compartió algo de Instagram. Un evento puede ayudar a dispersar a las personas, aun así, en muchas ocasiones, las personas se siguen sintiendo solas.
En definitiva, la depresión no surge por no valorar las cosas bellas de la vida. Esta enfermedad no surge únicamente por tener mala autoestima o por una situación de impacto como la muerte o alejamiento de un ser querido. A veces, surge de un momento a otro sin motivo y no se va. Es claro que no todos llevan esto de la misma manera, algunos han aprendido a sobrellevarlo, hablan de su problema con total tranquilidad e incluso tienen la facultad de calmarse y comunicarse con alguien cuando tienen un momento de crisis; otros no, durante un momento así no logran frenar, llamar a alguien y calmarse.
Desde los 13 años sufro depresión y por bastante tiempo fui reservada con las personas a las que se lo mencionaba, pues siempre estaba presente el comentario de: “deje de ser malagradecida, hay gente enferma y pobre y no se deprime”, hace poco empecé a abrirme con respecto a mi proceso. La depresión no es un tabú, pero tampoco se trata y se lleva a la ligera.
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