El zodíaco budista birmano divide la semana en 8 días, ya que su miércoles es tan carnudo que pudieron sacar dos de uno: el “miércoles por la mañana” y el “miércoles por la tarde”. Desconozco la justificación de esa mitosis del tiempo, y tampoco quiero saberla pues siempre he creído que el horóscopo es una cosa idiota, de y para idiotas. Pero sería bueno explorar las virtudes y defectos de esta curiosa alternativa, aunque no creo que me gustaría clonar precisamente el miércoles. Miremos opciones con otros días de la semana.
Asumo unanimidad al negar la posibilidad de tener dos lunes. Tampoco hemos pecado tanto para merecer algo así. Ya es suficientemente deprimente retomar la jornada luego del descanso del fin de semana como para que a uno, todavía tieso y sin calentar, le repitan la dosis de lunes, que tan funesto día es que en la tradición católica está destinado para honrar a los difuntos y a las almas del Purgatorio. Hasta debe ser malo para la salud, y no creo que uno llegue vivo el martes a la oficina. Tal vez sería útil para los que se pasan de tragos el fin de semana y les resulta metabólicamente imposible trabajar el “lunes en la mañana”, pues podrían, aunque traspirando alcohol por sus poros y evitando acercarse al fuego, pasar por responsables laborando al menos el “lunes por la tarde”.
¿Y si duplicamos el martes? Suena más llevadero que el terrible lunes, aunque no le veo mucha gracia. Hasta de mala suerte será. ¿Se imaginan que el martes sea 13? ¿Dos martes 13? Ni Rambo lo resiste y para algo así no hay vacuna todavía.
Dos jueves parece sicológicamente atractivo si uno supiera que va a trabajar el “doble” el jueves para no hacerlo el viernes. Pero pondríamos en aprietos a Judas, que ni siendo como el camaleónico y de mutación espontánea “Roy Barreras”, sería capaz de traicionar a Jesucristo dos veces el mismo día.
Dos sábados suena sexy. El sábado es un día tan simpático, o al menos tiene buen asesor de imagen, que la idea atrae, así sea solo una ficción. Pero como en muchas cosas la “percepción es realidad”, creer que tendrás solaz por duplicado, suena interesante. Especialmente los judíos ortodoxos no se disgustarían con dos “Sabbat” y no hacer nada en doble jornada.
¿Domingo doble? De hecho, ya lo es. Uno es el “domingo por la mañana”, que uno cree que es una extensión forzada del sábado, y otro es el depresivo “domingo por la tarde” que tiene un olorcito al maldito lunes, que por algo es el día de la semana con más suicidios en Colombia.
Si hay que escoger, yo preferiría duplicar el viernes. Así habría más argumentos para institucionalizar que uno, como máximo, trabaje hasta el mediodía, pero ya por la tarde, ni riesgos.
¿Y a usted qué día le gustaría que fuera doble?