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Si hay algo que ha prevalecido en este tiempo de incertidumbre y adversidad ocasionado por el Covid-19, es la esperanza.
Hoy, cuando el mayor valor a proteger es la salud, la esperanza nos permite mirar con optimismo la solidaridad, perseverar en el propósito de cuidarnos unos a otros y ver crecer nuestra esencia humanitaria.
Hay un escenario en el que confluyen estos aspectos: la campaña Ayudar Nos Hace Bien que presentamos al país el 24 de marzo, justo en el inicio de la pandemia y el confinamiento. Materializando con ella esa invitación inicial a unirnos como país en torno a nuestra bandera, a integrarnos bajo el tricolor con mensajes inspiradores como: Ánimo, Gracias, Acá Estoy, Te Estoy Pensando, Cuídate.
Con Ayudar Nos Hace Bien, reafirmamos que la solidaridad es un valor intrínseco a nuestra identidad y que detona acciones positivas en situaciones difíciles. Fue así como logramos la convergencia de aliados maravillosos del sector público, el sector privado, organismos internacionales, países amigos, fuerza pública y cada ciudadano, por un propósito común: salvaguardar la nutrición de los colombianos más vulnerables, en sus dimensiones de desarrollo físico, cognitivo y emocional, es decir, en lo que yo he denominado, nutrición de cuerpo y alma.
Fijamos una meta de un millón de mercados (para cuatro miembros de familia, por un periodo aproximado de seis semanas) y, gracias a la respuesta generosa que tuvimos y a la confianza que depositaron en nosotros, ya es una realidad. Más de 26 mil donantes contribuyeron a la nutrición de cerca de 4 millones de colombianos en los 32 departamentos y 1.103 municipios de nuestro país, ayudas que representan más de 68 millones de platos de comida.
Como resultado del uso idóneo que hicimos de la tecnología, se logró establecer una metodología innovadora, transparente y eficiente, que permitió trazabilidad desde el momento de la recepción de la donación, hasta la entrega de la misma.
En la región del Eje Cafetero, que para la campaña comprendió los departamentos de Antioquia, Caldas, Córdoba, Quindío, Risaralda y Sucre, hicimos presencia con más de 154 mil ayudas. De éstas, más de 50 mil fueron entregadas en Antioquia.
Con gran satisfacción los colombianos pueden decir que sus aportes llegaron a tiempo a las puertas de los hogares de los compatriotas beneficiados y con productos en óptimas condiciones. Una labor que contó con el apoyo incondicional de los gestores sociales y de nuestras fuerzas militares y de policía.
Todo este gran trabajo colaborativo y articulado ha sido una respuesta oportuna y efectiva, porque evitamos que, a la situación de salud en la actual coyuntura, se aunara el hambre de los colombianos más necesitados. De esa manera también aportamos al fortalecimiento de la seguridad alimentaria en nuestro país y podemos decir que contribuimos a la histórica situación de reducir en un 40 por ciento, las notificaciones de muertes por o asociadas a la desnutrición, en niños menores de cinco años, en medio de la pandemia.
Muchas gracias a todos los colombianos que, con patriotismo, solidaridad, esperanza y humanidad, creen con todo el corazón que Ayudar Nos Hace Bien.
* Primera Dama de la Nación.
