Es increíble lo que está sucediendo en Colombia cuando se empieza a mover el abanico de candidatos a la Presidencia de la República. Ahora, después de todas las andanadas del Alcalde contra los constructores de Hidroituango, los empresarios antioqueños y algunos funcionarios públicos, el Gerente de EPM, supuestamente contradiciéndolo, accede a prorrogar el contrato hasta el mes de agosto del 2022. Coincidencialmente, al otro día, aparece la Contraloría ratificando el fallo por responsabilidad que involucra a varias exfuncionarios, diseñadores y constructores, y deja por fuera a otros.
No se está teniendo en cuenta el riesgo que implica el vertedero por donde está circulando toda el agua del Río Cauca. Los vertederos se diseñan para descargar parcialmente el agua de la presa, cuando hay exceso, pero no para trabajar continuamente durante mucho tiempo. Por esa razón los constructores han acelerado la reconstrucción de la sala de máquinas y tienen programada la puesta en marcha de las primeras turbinas en el segundo semestre del 2022. Alargar esta situación es arriesgarse a una gran catástrofe nacional.
Esa no es la forma de hacer política, arriesgando la vida de miles de personas que viven en la cuenca del Río Cauca.