Escribo esto el 31 de julio, celebración para los Ignacianos. Comienzo con esta frase de San Ignacio de Loyola: “en todo amar y servir”. Quiero con estas palabras contarles a los colombianos que los médicos trabajamos con amor y vocación. La medicina se refiere al arte de servir a través del conocimiento que se aprende en la universidad, y que cada día, con estudio y experiencia, debemos ir fortaleciendo. En este tiempo de pandemia nos tenemos que unir y luchar juntos contra el mismo enemigo: el virus.
Los médicos y el personal de salud está para ayudar, apoyar, acompañar, en ningún momento y por ningún motivo se debe actuar de otra forma. Entendemos la situación del paciente, también los somos, igual sentimos miedo, tenemos familia y amigos y solo queremos que todo esto pase y estemos bien. Llevamos encima un juramento hipocrático, un gran sentido ético y de servicio. Acá estamos y acá seguiremos para ayudar dentro de nuestras capacidades a todo el que nos necesite.
María Paola Osorio
Escobar, médica especialista en Salud Ocupacional.
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La visión de la vida a través de los ojos de un médico, tiene matices que trascienden el ejercicio mismo de la actividad de curar y de tratar pacientes. El contacto inicial con la realidad, cuando uno decide ser parte de una actividad que, desde el principio, pone en peligro la propia vida, reforma y reordena las prioridades de los hombres.
En momentos como el presente, el temor a morir expone la condición humana, como lo haría la fuerte lluvia con las rocas cubiertas por una frágil vegetación. Se hace entonces necesario recordar lo dicho por Séneca en su cuarta epístola a Lucilio: “La mayoría (de los hombres) fluctúa miserablemente entre el miedo a la muerte y las penas de la vida, y no quiere vivir, pero no sabe morir. Así, pues, procúrate una vida agradable abandonando toda preocupación por ella”.
Parte de ser médico, es tocar las realidades fundamentales de la vida desde una perspectiva completamente laica, pero no por ello desprendida de la defensa a la vida, que es nuestra razón de ser. Esta vocación incorpora entender y orientar a los hombres, desde la singular perspectiva del juramento hipocrático. No como simples operarios de la prosaica tarea de curar, sino como agentes de una nueva filosofía de la vida y de la sociedad.
Carlos Eduardo Valdivieso Gelves, médico especialista en cirugía plástica.