Viendo las fotos de la Medellín de principios del siglo XX, rememoro las descripciones de Macondo que hace Gabriel García Márquez en Cien Años de Soledad: “Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos”.
Las ciudades son y serán en los próximos años actores claves de la transformación social y con ellas los ciudadanos. Ojalá y uno pudiera conocer todos los movimientos y colectivos que permiten sumar esfuerzos individuales en favor del bienestar de la mayoría. En todos los rincones de Medellín hay organizaciones de carácter cívico y social que dinamizan procesos de transformación...