Cerca al lugar donde trabajo hay un pequeño problema. Si caminan desde allí hasta un cercano centro comercial –popular para el almuerzo de muchas personas- se encuentran con un curioso dilema cívico: en el trayecto, la acera toma una curva abierta en una intersección de la vía, dejando una amplia franja de grama en la “mitad del camino” de un lugar a otro. Así, si continúa por la acera, el transeúnte debe caminar varios pasos más haciendo una larga curva, pero si se atraviesa por en medio de la grama puede ahorrarse “valiosos segundos” en su recorrido.
Debido a este diseño poco ingenioso para la acera, no resulta sorpresivo que la mayoría de los transeúntes se atraviesen por medio de la grama y que con el pasar de los meses hayan abierto una...