La gratitud no es propiamente uno de los rasgos de la personalidad colombiana. Escasean en Colombia las gracias, las excusas y el ofrecimiento de disculpas. El hombre de la calle debe pensar que ahí radica parte de su altivez y dignidad cuando es precisamente lo contrario: mezquindad y complejo de inferioridad. Hoy, cuando la desmovilización y el desarme de las Farc son una realidad, hay que recordar a las personas que llevaron a cabo esa tarea tormentosa y difícil.
Fue un grupo de gente al que conocí, in situ, sentados en la mesa de diálogos, siguiendo el rito glacial de la negociación y soportando la incomprensión de la mayoría. Desde el primer día vi el coraje del general Jorge Mora, la prudencia del general Oscar Naranjo, la paciencia de...