Una crítica que le han hecho al ofrecimiento de uno de los candidatos a la presidencia de poner a los pobres de primeros en la cola de los que están esperando servicios, bienes públicos o beneficios del Estado es que su lema “Primero los pobres” es una provocación para que otros candidatos digan que para ellos están primero los ricos. No es necesario que lo hagan, pues por sus actos y sus propuestas los conocemos. Lo que es cierto es que nadie más ha hecho esa oferta ni ha adquirido ese compromiso que no es un capricho ni una necedad, sino una respuesta real a una necesidad sentida como lo expresa Cristian Valencia, por ejemplo, en su columna de esta semana. Si no ponemos a los pobres primero, “¿cómo vamos a hacer para producir riqueza verdadera;...