La participación manipulada en el pasado plebiscito no fue ninguna novedad en nuestra historia electoral. Como en otros eventos, fuimos inducidos por los políticos, los medios de comunicación y las encuestas de opinión. Esa fue otra señal de cuál es nuestro concepto y vivencia de la democracia. Con hilos de argumentos tendenciosos nos utilizan como marionetas, que actúan para intereses oscuros que finalmente no entendemos. La publicidad negra diluyó nuestra racionalidad.
Nos han instruido en la democracia, pero nos han entrenado también para la docilidad, para ser borregos. Cada cita electoral es una clara demostración de esa práctica. En la Cátedra Medellín/Barcelona le escuché a Carlos Gaviria Díaz: “Entrenamos en la destreza de simular la...