Cuando Medellín no recibía las transferencias que hoy le gira Epm de sus utilidades, la inversión en infraestructura iba de la mano con el sistema de la valorización y el presupuesto se elaboraba con el sano criterio de maximizar beneficios sociales y económicos con obras y soluciones de tráfico que respondieran adecuadamente al crecimiento.
Pero llegaron los billones de Epm (más de $2.700 millones diarios), para que alcaldes viajeros con imaginación, fungiendo de ricos y sin haber construido lo básico de la infraestructura y con visión a futuro, copiaran ideas de ciudades de primer mundo con proyectos estrafalarios y faraónicos como el deprimido de Parques del Río que ha hecho del tráfico un caos; o el “portaviones” de la 4sur, que tras kilométrico...