Estación Límite, lo que implica que hay alguien o algo al otro lado, que el encuentro ya es un hecho pues en el tope hay un tocarse y, como dice Martin Buber, el puente se ha tendido entre el yo y el tú, resolviéndose así una pregunta cuya respuesta ya no es de uno sino de dos. Los viejos arrieros, que conocían de límites, aun bebiendo sus aguardientes anisados, hablaban del llegar al tope, no solo cargando la mula hasta el punto en que el animal (o bestia) podía caminar llevando su carga sin problemas, sino estableciendo los lugares donde se iban a topar con algo que les haría bien. Y conscientes de estos topes, creaban un camino seguro para encontrarse (las fondas eran un tope). Igual pasó con don Quijote que, en sus arrestos de locura, al...