A pesar de que vivimos en la era del celular, el microondas, los cajeros automáticos, Internet, es decir, rodeados de miles de innovaciones para ahorrar tiempo, pocas son las personas que no viven a la carrera y agobiadas porque no les alcanza el tiempo para nada.
Parece que estar constantemente de prisa se convirtió en un “modus vivendi”, a tal punto que nos sentimos incómodos cuando nos tomamos unos minutos para descansar aunque estemos exhaustos.
Lo cruel es que en esta loca carrera finalmente logramos estirar el tiempo para hacerlo todo menos vivir, si por eso entendemos compartir, reír, descansar, conversar, jugar, gozar o soñar.
El impacto que esta forma de vida tiene en la familia es funesto.
Al andar a la carrera vivimos como “volando...