Una inversión inicial de $1.000 al 6% de interés por año se convierte en $1.060 al finalizar el año. Pero si la inflación durante dicho año se eleva al 10%, lo acumulado con igual poder adquisitivo se reduce a solo $1.060/1,10 = $964. O sea, invertí a una tasa de interés negativa, por ser esta inferior a la inflación.
Existe una política monetaria no convencional por medio de la cual países como Suiza, Suecia, Dinamarca y Japón, con el propósito de reactivar sus economías, han autorizado a sus bancos centrales a reducir al cero por ciento el interés pagado a los bancos comerciales sobre sus depósitos mayores a los exigidos por las reservas bancarias por ley. Sí; hasta llegar a pagar intereses por sus excesos de reservas en lugar de recibirlos como es lo acostumbrado.
Y aquí comienza lo inquietante. El presidente Trump le solicitó en un tuit a la Federal Reserve -FED- banco central estadounidense, ‘reducir a cero o a menos’, la tasa de interés que esta les paga a los bancos cuando le depositan su dinero en exceso. Como es sabido, la FED ha atendido su solicitud y la ha rebajado dos veces en tres meses, de 2,25%/año a 1,75%/año. Trump ha considerado insuficientes dichas rebajas y tras la primera de ellas le dijo al presidente de la Reserva, señor Jay Powell, “Usted no tiene agallas, ni percepción, ni visión. Es un terrible comunicador”.
El señor Alan Greensapan, expresidente de la Reserva lo había advertido con anterioridad: “Es cuestión de tiempo para que las tasas negativas de interés lleguen a los Estados Unidos”. Y ya llegaron, porque el 1,75% es inferior al 2,20%, porcentaje al que supongo se aproximará la inflación de este país en 2019.
Considero todo lo anterior como una advertencia, como el reconocimiento velado del gobierno de EE.UU. de la amenaza de una desaceleración próxima de su economía, mas no de una recesión. Los efectos de ella se sentirán sobre casi el todo el planeta.
El presidente Trump parece tener asesores keynesianos, los cuales suelen estimular la economía emitiendo dinero. Pero como el dinero de las emisiones puede terminar depositado y devengando intereses en la FED, bien saben ellos que, si establecen un interés del cero por ciento sobre el exceso de las reservas bancarias, pues obligan a los bancos a prestarle más fácilmente al sector privado, en lugar de acumular reservas al cero o hasta pagando por ellas.
El resultado del interés cero y las emisiones producen un triple efecto muy favorable para el Tío Sam: 1. Reactivan la economía y aminoran su desaceleración. 2. Con sus emisiones también pagan sus deudas con dólares devaluados, único país del mundo que puede emitir para pagar. 3. Devaluar el dólar, otro propósito de los tuits de Trump, les permite ganar competitividad.
En un artículo que se pude obtener por Google digitando: Negative Interest Rates are the Price We Pay for De-Civilization, firmado por Jeff Deist se afirma que esta cancelación de deudas puede afectar en el mundo a los tenedores de papeles por 13 billones de dólares de los de doce ceros.
En la economía tradicional estadounidense se ha acostumbrado dividir las tasas de interés positivas en dos partes, a saber: un 3% para cubrir la inflación y no menos de 3% adicional como verdadera utilidad, esto es, una tasa de interés total del 6%/año aproximadamente.