Empiezo con una Mentica: “El país está inundado de vallas de personas honestas. Luego llegará una avalancha de corrupción funesta”. Ojalá esté equivocada.
A menos de un mes de las elecciones legislativas y a escasos cuatro meses de las presidenciales, me llega una frase de Platón que ni mandada a hacer para estos días: “El precio de desentenderse de la política es ser gobernados por los peores hombres”. Concuerdo, pero creo que “desentenderse” no es la única causa para esta sentencia.
Por más que miremos con lupa las hojas de vida, la experiencia y la trayectoria de los candidatos, por los que uno vote, puede no ser tan bueno como parecía y tener agenda o intenciones ocultas. O puede que realmente sea limpio e idóneo, pero que un ambiente corrupto...