Todos somos Colombia, todos somos habitantes de la frontera con Venezuela, todos somos expulsados por el gobierno de Nicolás Maduro. Todos somos deportados y estamos siendo humillados por nuestra nacionalidad, todos somos “prostitutas y paramilitares”, todos nos quedamos sin casa.
Lo que le pasa a las miles de personas que han debido dejar todo atrás, a las malas, nos pasa a todos, el éxodo lo hacemos junto a ellos todos los que en esta patria nacimos, no se salva ninguno de nosotros, el dolor es colectivo, las lágrimas las derramamos todos.
Cúcuta hoy, y siempre, es Colombia, a veces lo olvidamos y nos hacen falta coyunturas como esta para recordarlo. Hace unos años fue Chávez el que ordenó el cierre de la frontera y el comercio sufrió las peores...