Por Eugene Volokh
Después de que el Capitolio fuera asaltado por una muchedumbre provocada por el presidente Trump, Facebook suspendió su cuenta, argumentando que se usó “para incitar a una insurrección violenta contra un gobierno elegido democráticamente”. Twitter, citando “el riesgo de una mayor incitación a la violencia”, ha hecho lo mismo, impidiendo que Trump use su plataforma para comunicarse con sus más de 80 millones de seguidores.
¿Qué deberíamos pensar sobre el poder de tales corporaciones...