Los libros siempre me han acompañado. Desde que tengo uso de razón andan por ahí. Es una costumbre heredada de mi papá, lector incansable, que poseía una colección muy completa. Yo creo en el libro que llega en el momento oportuno, cuando uno lo necesita. Ese libro que espera pacientemente tu encuentro. Siempre que voy a la biblioteca que dejó mi viejo, que aún está en nuestra casa, hallo algo que me captura en esa inmensa variedad de temas que le importaban. Me pasa que algunos libros que en el pasado no me llamaban la atención por alguna razón se acomodan en mis manos y sus letras empiezan a sorprenderme. Creo en esa magia o en ese destino ineludible que me llevarán a un feliz encuentro entre texto y lector agradecido. Libros que he ojeado...