PorSimón Pérez LondoñoUniversidad EafitCiencias Políticas, séptimo semestre simonperez05@gmail.com
Muchas de nuestras instituciones educativas suelen sentirse orgullosas cuando los resultados de sus alumnos en asignaturas como matemáticas, lenguaje o inglés son considerablemente altos. Suenan platillos y el regocijo impera cuando estos logros son presentados al público en general. Y no es para menos.
No obstante, la celebración no puede ser completa cuando hay tantos interrogantes sobre la integridad de nuestros ciudadanos y sobre sus cualidades éticas. Especialmente, cuando la responsabilidad de la educación en estos cuestionamientos es irrefutable.
Mientras que desde la escuela no se logre afianzar una cultura de la integridad y el respeto, la...