De forma repetida el primer mandatario les ha dicho a los representantes del “no”, convocados a dedo a los silentes encuentros de Palacio (Uribe y los suyos, un par de líderes conservadores vencidos, algunas víctimas, un exprocurador desorientado e iglesias cristianas) y a todo el país, que no hagan propuestas imposibles (¡eso mismo les dijo a las Farc en 2013!). Además, que procedan “de forma urgente” y “sin dilatar las conversaciones” y, añádase, que el diálogo se debe hacer sobre dos bases fundamentales: “realismo” y “verdad”. Y, conste, ello sucede mientras anuncia el inicio de negociaciones con el resbaladizo ELN; algo que era imperioso.
Parece, pues, que el premio Nobel, todavía sin reconocer su aplastante fracaso, no se da cuenta de que...