No te preocupes por lo que digan los demás. Siempre habrá alguien, y por lo general más de una persona, que pretenda que te ajustes a lo que ellos creen, sienten, pero sobre todo que vivas tu vida según lo que ellos temen. No dejes que sus opiniones te intimiden, ni determinen tus pasos. No dejes que otras voces anulen la de tu propio corazón. No siempre lo harán con mal+a intención, pero a la larga las opiniones ajenas son solo eso y con la única que te debes quedar es con la de tu conciencia, que te susurre cada noche si aprovechaste el día o lo dejaste ir. Tu propia voz es la que más cuenta. Solo así lograrás ser dueño de tus victorias y desaciertos y te sentirás pleno en la vida.
No te aferres a lo material. Ni la cantidad, ni la calidad...