El 25 de noviembre se conmemoró en Colombia el Día internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer. Se realizaron coloquios, se desarrolló un pintoresco acto en el Congreso que buscó el compromiso de los legisladores con la adopción de (más) normas, y los organismos internacionales anunciaron nuevos planes para combatir esa violencia.
Al próximo día, la violencia contra las mujeres volvió a su estado regular, normal: extendida, tolerada e ignorada.
La normalización de esta forma de violencia tiene muchas manifestaciones, en ámbitos públicos y privados. La más extrema es la que la hace culturalmente aceptable, norma l. Su aceptación pasa por conductas activas y pasivas que la esconden, justifican y perpetúan.
La cultura colombiana...