Luz María Vélez Orozco - opinion@elcolombiano.com.co
Asesinatos, atracos, botones de pánico en los restaurantes y tiendas, peligro en las calles y en las propias casas. Nadie está ya a salvo en uno de los barrios más tradicionales de Medellín. Laureles, otrora zona de la ciudad de espíritu familiar, jardines cuidados, parques donde los vecinos se encontraban y cafés para tertuliar, está pasando por uno de los peores momentos de su historia en términos de seguridad.
Los gravísimos sucesos de los últimos días, en los que un anciano fue asesinado en su casa y la vicerrectora de una universidad fue acribillada en la calle, señalan un punto y aparte en la escalada de inseguridad que se está viviendo en este sector de la ciudad.
El simple hecho de salir a caminar de día puede ser arriesgado, pues hay motos que rondan constantemente buscando a quien lleve un bolso o un celular en la mano para asaltarlo o, en el mejor de los casos, quitarle sus pertenencias de un tirón.
Señor alcalde, autoridades: esta situación es invivible y no es nueva. Los vecinos del barrio venimos denunciándola desde hace un par de años y la situación solo empeora. Ni los comerciantes ni los residentes podemos seguir viviendo con un miedo constante a estar expuestos al peligro a cualquier hora del día o de la noche. Basta ya de palabras. Actúen con un plan efectivo para que esta situación no se degrade aún más y podamos recuperar nuestra vida cotidiana en el barrio con normalidad.
Lo que queremos simplemente es volver a sentir que hacemos parte de una comunidad segura y recuperar la tranquilidad
