En un mundo globalizado que funciona con la economía de mercado y financiero, que se mueve por el dinero, las obligaciones y los intereses particulares, es evidente que no genere espacios para la gratuidad, gratitud, lo gratuito.
La acción de gracias “Eu-caristia” y toda actividad gratuita, no tienen, fácilmente, lugar en un mundo así. Dar gracias es sencillamente un protocolo “ligero” de cultura. De hecho, cuando no se dan gracias..., no pasa nada. Quizá se pasa un poco por “maleducado” y punto. Pareciera que lo gratuito –gratis- no fuera del orden de lo necesario y obligatorio entre nosotros los seres humanos. Por eso no es esencial.
En la palabra de Dios, de este domingo, Jesús nos dice que solo un leproso de los 10 regresó para dar gracias;...