En su última Exhortación Apostólica, marzo de 2018, el Papa nos invita a alegrarnos y regocijarnos por ser santos, pues el Señor nos eligió “para que fuésemos santos e inmaculados ante él por el amor” (Ef 1,4).
En este siglo XXI, de tantos avances científico-técnicos, la santidad es lo más entrañable de la creación, del ser humano en especial. En el número 10 dice: “El llamado a la santidad, que el Señor hace a cada uno de nosotros, es también a ti: ‘Sed santos, porque yo soy santo’” (Lv 11,45).
La palabra santidad, sustantivo abstracto, existe en la mente con fundamento en la realidad. Existimos los santos. Santo significa perfecto, el que encarna la perfección, que es Dios. La santidad es patrimonio común de la creación, el modo como el Creador...