La dichosa Consulta Anticorrupción que pasado mañana se botará, sí, amable lector: bo ta rá, así, con be, porque más allá del descomunal despilfarro de 310 mil millones de pesos, no me cabe duda de que será un estruendoso fracaso.
Aunque tiene un nombre llamativo que incluye una causa aparentemente muy noble, no es más que otro vulgar engaño a este pueblo bueno y sumiso que sueña con tener, algún día, unos dirigentes honrados, decentes. Un pueblo que lo único que pide a gritos es que ¡no lo roben más!
Sin embargo, esta Consulta Anticorrupción, como bien anotó alguien por ahí, no es más que un placebo, puesto que carece por completo de efectos jurídicos, aunque, eso sí, plena está en contenidos políticos y publicitarios. Es toda una plataforma...