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El Pacto de la Picota

Tenemos la insólita confesión de quien dice que sí fueron a las cárceles a pactar con los narcos para que ayudaran a elegir al hoy Presidente. Mejor dicho, el famoso “Pacto de La Picota” sí existió”.

06 de septiembre de 2023
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No deja de ser una gran ironía el hecho de que sea la propia familia del presidente Gustavo Petro, y hasta sus amigos más cercanos, los que no han dejado de meterlo en problemas desde que llegó a la Casa de Nariño.

El hombre que ha sido en las últimas décadas el denunciante por excelencia de todo tipo de personajes políticos en Colombia, ahora cuando llega al poder termina contra la pared, primero por cuenta de su hijo Nicolás, después por su amigo Armando Benedetti, y ahora por su hermano Juan Fernando.

Y no nos estamos refiriendo propiamente a la revelación que hizo Juan Fernando Petro de que su hermano el Presidente habría sido diagnosticado en su adolescencia con el síndrome de Asperger. En este punto y hora esa condición puede ser lo de menos. Se trata de un síndrome en el espectro del autismo que, en caso de que sea cierto, no le produce inhabilidad alguna para ejercer su cargo. Hemos tenido gobernantes con diferentes talantes, unos fríos y calculadores, otros cínicos y humoristas, y otros incluso han terminado de gobernar con el Alzheimer a cuestas, de manera que el hecho de que Petro sea retraído o reconcentrado en un asunto en particular, que lo haga distante de las personas, no necesariamente lo hace mejor o peor que los anteriores.

Es más. Se podría pensar que su hermano mencionó lo del Asperger no por meterlo en líos, sino por el contrario porque para él es evidencia de que estamos ante una especie de genio retraído: “Él habita su propio universo –dice Juan Petro en la entrevista– ni siquiera es inteligente, es un genio”. Y si quisiéramos hilar más delgado, el hecho de revelar esa condición de Petro tal vez le ayude al Presidente para apagar la ola de especulaciones sobre sus misteriosas ausencias y tardanzas que suman ya más de 90.

Curiosamente, el Presidente no reaccionó, como suele hacerlo, de manera inmediata, sino que esperó hasta el lunes en la tarde para publicar en la red social X: “Algo pasa con mi hermano. Jamás he recibido un diagnóstico sobre el síndrome de Asperger”. Pero, insistimos, ese no es el punto. Lo del Asperger no es lo importante de la entrevista que le dio Juan Petro a la periodista Nena Arrázola en los Informantes. En el diálogo hay declaraciones mucho más serias y graves para el país, que deberían merecer la atención no solo de la opinión pública sino de las autoridades.

Nos referimos a que el hermano del Presidente cuenta sin tapujos que durante la campaña él y el hoy alto comisionado Danilo Rueda visitaron cárceles y conversaron con jefes mafiosos apoyo electoral a cambio de un proceso en el cual, entre otras cosas, se les garantizaba la no extradición y la posibilidad de conservar parte de sus fortunas.

Juan Petro está convencido de que en regiones como Urabá, Norte de Santander y el Magdalena Medio, donde su hermano no había tenido nunca una buena votación, gracias a los jefes mafiosos habría logrado un número significativo de votos.

El Presidente salió a desmentir asegurando que no ganó en esas regiones y en efecto en ellas perdió. Hay quienes incluso han sacado las cuentas de los votos y han mostrado que el número obtenido por Petro en esas tres regiones no alcanza el “millón y pico de votos” del que habló Juan Petro en la entrevista.

Pero nada de eso le quita gravedad a la confesión de su hermano. Primero, amerita una investigación más profunda porque el hermano del Presidente mencionó esas tres zonas como a manera de ejemplo, pero no dijo que fueran todas en las que se habría dado el fenómeno del apoyo de los capos de las cárceles. Son muchas más las zonas del país que están bajo la influencia de los narcos y extraditables a los que Rueda y Juan Petro visitaron en la Picota. Habría que sacar cuentas para ver si con todas se llega al famoso “millón y pico”.

En segundo lugar, para que el hecho sea grave no se necesita que los narcos hubieran cumplido con su parte del trato: es suficientemente grave que el hermano del entonces candidato y su amigo Danilo Rueda (de quien dice haber sido “uña y mugre”) hubieran montado una estrategia de ir a las cárceles para ofrecer gabelas a narcos y mafiosos con intención electoral. Cuando Noticias Caracol denunció el Pacto de la Picota, en abril de 2022, antes de las elecciones, le cayó al medio de comunicación rayos y centellas y cientos de miles de mensajes descalificadores de las bodegas petristas en las redes sociales. Ahora no solo se confirman esas denuncias, sino también queda en evidencia el uso manipulador de bodegas de redes sociales, de una forma masiva, por parte de la campaña del entonces candidato Gustavo Petro.

“Se logró que Danilo fuera el Alto Comisionado”, dice Juan Fernando Petro, como quien quiere decir que ellos sí iban cumpliendo con su parte del trato con la mafia. Lo acordado se frustró, en palabras del propio hermano del Presidente, por trabas que le habría puesto el Congreso.

Tenemos entonces la insólita confesión de quien dice que en efecto sí fueron a las cárceles a pactar con los narcos para que ayudaran a elegir al hoy Presidente. Mejor dicho, que el famoso “Pacto de La Picota” sí existió. Naturalmente la presunción de inocencia y todas las garantías procesales se aplican. Pero no podemos pretender que unos hechos tan graves sean pasados por alto simplemente mostrando un conteo de votos. .

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