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Más tijera y menos impuestos

No se ve factible que los congresistas avalen darle una nueva tunda a los bolsillos de los colombianos.

09 de septiembre de 2024
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  • Más tijera y menos impuestos

Para entender lo que está pasando con las finanzas en el país, vale la pena imaginarse a Colombia como una familia que está haciendo cuentas de la plata que necesita para el 2025. El Gobierno, sumando todo lo que ha pensado gastar, dice que necesita $523 billones. El problema es que esa cifra gigantesca no está financiada en su totalidad.

Para tener una idea de ese monto, basta decir que la construcción de Hidroituango ha costado menos de $20 billones. Es decir que lo que Colombia necesita para operar e invertir en 2025 equivale a unos 26 Hidroituangos.

Recoger esa plata no es fácil. Y haciendo todas las cuentas de lo que entra por impuestos, por regalías y otros tipos de ingresos, se alcanza a recaudar, según las cuentas del Gobierno, $511 billones. Es decir que el hueco o faltante es de $12 billones para cerrar las cuentas del próximo año.

El Ejecutivo le presenta ese presupuesto al Congreso para su aprobación esta semana, un trámite que suele ser rutinario pero esta vez los congresistas están alborotados porque las cuentas no les dan.

El problema no es menor: si los parlamentarios aprueban este monto, sin tener garantizado de dónde salen los $12 billones que faltan, automáticamente le dan vía libre al Gobierno para que presente una segunda reforma tributaria para cubrir ese faltante. Por eso el presidente del Senado, Efraín Cepeda, propuso “no dar un salto al vacío” y dijo tener los votos para aprobar el presupuesto sin los $12 billones que faltan.

Pero ese dinero no es el único problema. Hay que tener en cuenta que el precio del Acpm no subirá como estaba previsto, tras el paro y acuerdo entre el gobierno y transportadores, lo cual suma $11 billones más al hueco fiscal.

El congresista Óscar Darío Pérez, experto en presupuesto, por su parte dice que el hueco no es de $12 billones sino de $26 billones porque nadie puede garantizar que se lograrán $14 billones, como lo plantea el presupuesto, producto de evitar la evasión de impuestos.

Y la senadora Angélica Lozano, que ha estudiado a fondo el tema, va más allá; habla de un desfase de $46 billones en lo que piensa recaudar el Gobierno. Y se pregunta ¿si el Gobierno piensa recoger 12 billones de pesos con la reforma tributaria, de dónde piensa sacar los otros 34 billones de más?

Ahí tenemos entonces tres cifras diferentes –12, 26 o 46 billones de pesos– y una sola conclusión verdadera: no hay suficiente plata para financiar lo que el presidente Gustavo Petro y su gobierno quieren gastar o invertir.

¿Qué va a pasar? A la hora de votar se acostumbra avalar el monto del Gobierno porque el presupuesto suele ser transaccional y los congresistas dan su voto a cambio de más plata para sus regiones. Pero esta vez puede ser diferente porque estarían votando a favor de una nueva reforma tributaria. En un escenario de bajo crecimiento económico y después de la reforma de 2022 que exprimió a muchos contribuyentes no se ve factible que los congresistas avalen darle una nueva tunda a los bolsillos de los colombianos.

El ministro Bonilla comenzó a circular un borrador de reforma tributaria antes de presentarlo al Congreso, que incluye cobrar más impuestos al carbono, IVA del 19% a las apuestas en internet y a los vehículos híbridos, y lo más preocupante es que propone flexibilizar la regla fiscal para poder endeudarse y gastar más.

Lo que muchos nos preguntamos es ¿por qué el gobierno de Gustavo Petro, en lugar de pensar en gastar más, no piensa en dónde puede ahorrar y recortar? Sin duda, no puede dejar de pagar el servicio de la deuda, que representa el 21,5% del total de gastos, con $112,6 billones; ni dejar de pagar las pensiones por $66 billones; ni ciertos gastos de funcionamiento.

Pero lo que el país está viendo es mucho gasto burocrático que no se justifica, como el Ministerio de la Igualdad, que está duplicando funciones de otras entidades. Y otros gastos en modo derroche como la nueva embajada en la FAO en Roma, los viajes de la primera dama con su séquito o el gasto en influenciadores para que le hagan bombo al Gobierno.

Ojo que la cifra del aumento de gastos de funcionamiento en la administración de Gustavo Petro es descomunal: en 2023 el gasto en funcionamiento aumentó $49,9 billones, en 2024 otros $47,5 billones y para 2025 está pidiendo $20 billones más. Cada vez un Estado más rechoncho –lo ha dicho el mismo presidente Petro cuando critica la ineficiencia de sus ministerios– y menos eficiente. Así no hay plata que alcance.

Esta semana los colombianos estarán entonces pendientes de si les tocará meterse de nuevo la mano al bolsillo para pagar más impuestos o si el Congreso logra hacerle una especie de liposucción al presupuesto para quitarle la grasa de los gastos inoficiosos y el derroche.

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