Salir a caminar con una cámara en mano y retratar la ciudad, ¿quién no lo ha hecho? Luego, subir estas fotografías a las redes sociales es una manera de armar un retrato de la urbe y lograr que un espacio deje de ser paisaje. Si a usted le interesa hacer esto (hacerlo bien), tome nota de las recomendaciones de la fotógrafa urbana colombiana Samia Bohórquez.
Para ella este tipo de expresión artística tiene la capacidad de resaltar la belleza de la cotidianidad, y en las redes sociales encontró una plataforma que beneficia a fotógrafos y espectadores por igual.
Samia describe la fotografía urbana como “una mirada diferente de lo que pasa en el día a día de las personas”, y es una tendencia en Instagram que apenas está tomando fuerza en Colombia, donde los usuarios comparten imágenes con etiquetas como #UrbanPhotography, #UrbanPhoto y #UrbanPhotographer.
En su experiencia, de todas las redes sociales que existen para subir fotografías, Instagram es la que le da más alcance a su trabajo.
Sin embargo, señala que se desaprovecha esta plataforma. “Tengo entendido que, al principio, la idea era fomentar un espacio para la fotografía, pero se volvió una red social narcisista”, afirma.
Una herramienta muy útil
“Mucha gente me pregunta que por qué monto mis fotografías a Instagram donde se las pueden robar, pero es que es una plataforma que las sube con mala calidad y así nadie las puede vender en ningún lado. Por el contrario, ayuda a que lo conozcan más a uno”.
Samia, afirma que “sin duda, hoy en día, la internet es el medio más incluyente, porque cualquier persona por aficionada que sea, puede subir su trabajo y conseguir desde consejos de otros fotógrafos, hasta un posible ingreso”. De esta forma, bien aprovechado, puede ser el puente hacia una carrera exitosa.
Como fotógrafa, Samia recomienda buscar una mirada que resalte sobre tanto contenido y aprovechar las etiquetas que ofrece el portal para generar un mayor alcance.
“Veo que en el último año muchísima gente ha intentado coger su celular o su cámara, pero todo se termina volviendo atardeceres y flores”, comenta. “No es solo tomar una foto y montarla. Hay que tener un punto de quiebre, porque nadie le va a poner atención a una imagen que ya se ha visto cien mil veces”.