Luis Noriega nació en Cali, pero hace casi 18 años vive en España. Además de ser el primer ganador colombiano del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, Luis ha publicado tres novelas: Iménez, Donde mueren los payasos y Mediocristán es un país tranquilo.
Hace un poco más de tres años el escritor abrió su cuenta de Twitter (@OtroPayaso) y, aunque reconoce que no es el más activo, sí admite que en esos 140 caracteres puede sacar una faceta de sí un poco menos tímida.
A través de esta red habló sobre el porqué y cómo de su escritura, y sobre Razones para desconfiar de sus vecinos, libro por el que fue premiado el 3 de noviembre. Esto fue lo que nos contó:
¿Por qué escribe?
“Supongo que no hay una única razón para escribir. Se escribe por el simple placer de contar una historia redondita, para sacarle una sonrisa a los amigos, para que la novia no lo deje a uno (no sirvió), para conseguir esposa (sí sirvió). A veces uno escribe porque cree que tiene algo importante qué decir (lo que tiene mucho de vanidad). Otras veces es una forma de canalizar el propio desconcierto o la propia impotencia”.
Háblenos un poco de ‘Razones para desconfiar de sus vecinos’, libro que lo hizo ganador del premio GGM.
“Razones es un libro de cuentos escritos a lo largo de casi 20 años, de modo que hay un poco de todo. Lo que une las distintas historias, supongo, son una serie de obsesiones, y quizás una mirada. Son historias muy colombianas, creo. En parte, sobre la hostilidad de la vida en nuestras grandes ciudades. En parte sobre la hostilidad de crecer/madurar (si puede llamársele así). Hay mucho humor, creo. En ocasiones, ligero, jocoso, de carcajada y chiste. En ocasiones, muy, muy negro. Duro”.
¿Qué tienen los cuentos que no tienen las novelas? ¿Por qué los prefiere a la hora de escribir?
“Para empezar menos páginas (y no es chiste). Se suele decir que los cuentos tienen la virtud de la concisión y es cierto. Mis cuentos suelen ser muy largos, pero condensan historias que en otras manos tal vez podrían alargarse muchas páginas. La concisión a veces es una forma sofisticada de justificar la pereza, la del autor y del lector. Tengo un serio problema de pereza con las descripciones largas, como autor y como lector”.
¿Qué importancia tuvo Gabriel García Márquez en su formación como escritor?
“Muchísima. Más en términos de vocación que de formación. Es decir, García Márquez fue decisivo en mi deseo de ser escritor. Pero no tanto en mi formación (porque mis modelos son otros, creo). Hay varias referencias claras a él en mis libros, homenajes graciosos, sobre todo en mi libro Donde mueren los payasos”.
El premio fue de 300 millones de pesos, pero ¿cuánto vale en tiempo y formación escribir un libro?
“Ni idea. Yo no hablaría tanto de formación como de experiencia, pero ambas son difíciles de cuantificar. El tiempo es más fácil de medir. Pero también relativo. Yo he escrito una novela de más de 300 páginas en treinta trasnochadas, pero Razones incluye un cuento de 20 páginas en el que estuve trabajando años, y con el que no acabo de estar a gusto”.
En el libro hay cuentos escritos en varios momentos de su vida, ¿qué siente diferente entre unos y otros cuando los vuelve a leer?
“Uf. Me cuesta mucho releer los cuentos viejos. Tal vez porque tienen una vehemencia, que ahora no me gusta nada. Pese a eso, los incluidos en el libro recibieron solo una corrección superficial. Me habría sentido falso reescribiéndolos”.
¿Por qué se fue para España? ¿Es diferente a Colombia en ambiente para los escritores?
“Me fui porque entonces no quería estar en Colombia. Y no porque España ofreciera un ambiente diferente para los escritores, sino porque ofrecía un ambiente diferente para las personas, como descubrieron muchos inmigrantes colombianos en esa época. Una sociedad más tolerante, más respetuosa de las diferencias, menos violenta en todo sentido. Y por eso, creo, terminé quedándome”.
¿Qué consejos le da a aquellos que quieran participar (y ojalá ganar) concursos de literatura?
“No rendirse. Corregir, corregir mucho. E insistir. No dejarse desanimar. Ahora bien, no soy ninguna autoridad. Entre mi primer premio, con Iménez en 1999, y este, pasaron 17 años durante los cuales debí de participar en un centenar de concursos sin ningún éxito. De hecho, esta era la cuarta vez que Razones llegaba a una final o semifinal de algo. Y estaba seguro de que de nuevo iba a perder”.