Elevaciones montañosas que parecen rozar el cielo hacen que Medellín sea apodada La Capital de la montaña, y estos tres lugares ofrecen buenas panorámicas para apreciarla. La Twittercrónica los visitó.
El reloj marca las 9:30 a.m. Como hormigas que buscan abrirse paso, personas transitan La Playa con Junín, en pleno centro de Medellín. Desde allí, a 175 metros se levanta uno de los puntos de referencia de la ciudad: el edificio Coltejer.
Construido en 1972, en el terreno en el que estuvo el Teatro Junín, este edificio seduce la mirada con su particular diseño arquitectónico. Los 18 mil metros cúbicos de concreto son coronados por la forma puntiaguda que tienen sus ventanales.
“Los turistas que visitan el centro muchas veces suben para tomarse fotos”, cuenta Diana Cano, comunicadora de este edificio.
Al subir sus 36 pisos y 760 escaleras, lo primero que apreciará es el corazón de la ciudad. A sus pies verá un conjunto de edificaciones como el Museo de Antioquia y la cúpula de la antigua gobernación, hoy día sede del Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe.
En otro ángulo y como un sendero que conduce al encuentro con la plaza de Botero, podrá identificar al edificio Portacomidas, el Palacé, el de la Naviera (también conocido como edificio Antioquia) y el hotel Continental, encallados desde hace medio siglo.
Luego, la sorpresiva entrada del metro a la estación parque de Berrío se robará su atención. Verá los carros serpentear la zona llena de edificios y, al fondo, la cima del Cerro El Volador.
“¿De verdad se puede subir? Soy de Medellín y no tenía idea que se pudiera llegar a lo más alto de este edificio”, escribió Juan Sepúlveda a través de su cuenta en Twitter @JuanSepulvedah. Hacerlo es posible, pero siempre y cuando solicite con anticipación a través de una carta su intención de querer llevarse un recuerdo fotográfico desde lo alto del lugar, a partir de allí la administración del edificio será la encargada de autorizar el respectivo acceso.
Pueblito Paisa
Desde la cima del cerro Nutibara se exhibe una réplica del pueblo de antaño, un paraje turístico y mirador natural del occidente de Medellín, con 80 metros de altura.
Desde allí, Roberto Castro, un mexicano jubilado, de 70 años, acompañado por su esposa Rosario Hernández, de 69 años, aguanta el “sol picante” del Pueblito Paisa y comenta: “Me impresiona lo organizada que luce la ciudad, lo ecológica con tanto verde, lo limpia, el tráfico ligero, lo moderna”.
Este balcón natural permite divisar el primer centro comercial de Medellín, San Diego; también el puente Guayaquil y los edificios de Bancolombia y EPM. Y puede ver cómo aterrizan los aviones en la pista del Aeropuerto Olaya Herrera.
“Es hermoso apreciar las montañas desde arriba”, dice la portuguesa Diana Cavaco, de 31 años, con su hija María Do Carmo, de año y medio en brazos, y tres familiares que están de visita y con cámara en mano.
¿Qué fotos se lleva la familia Cavaco a Portugal?, las de una “Medellín color café, verde y rojiza, en la que la arquitectura contrasta con la estampa blanca y tonalidades claras que caracterizan las construcciones en la nación lusa”, dice Diana.
Hasta en El Poblado
De lo turístico y natural llegamos al parque comercial El Tesoro, ubicado en el barrio El Poblado o simplemente “un mirador más urbano”, como lo definió Pedro Bustamante, de 45 años, cuando fue sorprendido por la Twittercrónica observando la panorámica en la terraza.
En lo alto de este lugar, el paisaje que se ve es el del sur-occidente de la ciudad. Los árboles parecen una alfombra que se extiende para presentar en el fondo de la composición un conjunto de edificios urbanos. Detrás de esas torres se oculta una parte de la zona industrial de Antioquia, tal como se lo dice Bustamante a su primo Antonio Galán, de 45 años.
Bustamante, en su rol de guía turístico, lo trajo a El Tesoro para ilustrarle el concepto que tiene de Medellín: “Aquí está la visión resumida de la ciudad: La naturaleza está presente y sigue creciendo el urbanismo. Con este paisaje se pierde la línea imaginaria entre El Poblado, Itagüí y, a lo lejos, Bello. Incluso ves las periferias hacer parte del conjunto”, asegura