La forma convencional de detectar la malaria, una enfermedad causada por el parásito del género Plasmodium y transmitida por un mosquito, es por medio de una muestra de sangre. Un bacteriólogo la analiza en un microscopio y cuenta, manualmente, las células infectadas. El proceso puede tardar 50 minutos o 3 horas, “dependiendo de la experticia del bacteriólogo”, dice el infectólogo Juan Carlos Cataño.
También hay pruebas rápidas, pero esas tienen 70 % de precisión y no muestran de qué tipo de malaria se trata. Para el caso de Colombia hay dos: Plasmodium falciparum y Plasmodium vivax, según el Ministerio de Salud.
Ese problema de exactitud y rapidez en la detección fue lo que el arquitecto Jorge Zea y la emprendedora Laura Velásquez buscaron resolver con la creación de Arkangel AI. Es un software con inteligencia artificial que agiliza el trabajo de los bacteriólogos: le toman una foto con un celular a la muestra de sangre y la suben a la plataforma. Un entrenado algoritmo de reconocimiento de imágenes procesa la imagen y tarda de 3 a 10 segundos en detectar si hay malaria y de qué tipo con un 97 % de precisión.
El proyecto acaba de ganar 30.000 dólares como premio del Reto de Innovación Abierta de Novartis, Innpulsa y Connect Bogotá. Ellos planean invertir ese dinero en mejorar el sistema e implementarlo en el Pacífico colombiano, una de las zonas más afectadas por la enfermedad.
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Aunque ninguno de los dos desarrolladores tiene formación profesional en tecnología, Laura cuenta que “siempre fueron muy curiosos e hicieron cursos de programación en Java y Python además de lo que estudiaban en la universidad”. Después se fueron a Canadá a hacer sus maestrías y ahí encontraron tres instituciones interesadas en acelerar su proyecto: la Universidad McGill, la Universidad Concordia y la Universidad de Quebec.