Cuando Samsung lanzó el Galaxy S6 en el Mobile World Congress de Barcelona a principios de este mes, reveló todos los detalles de las características del nuevo teléfono, entre ellas, y poniéndole fin a los rumores, la tecnología que permitirá hacer pagos con el teléfono y de ese modo prescindir del llamado dinero plástico.
La jugada de Samsung se esperaba. Su principal competidor, Apple, ya lo había hecho en septiembre con el lanzamiento de los teléfonos iPhone 6 y iPhone 6 Plus. Estos incluyen un sistema para realizar pagos que requiere simplemente acercar el dispositivo a los datáfonos de los comercios y listo, funciona como una tarjeta de crédito.
El nombre de la tecnología que usa Apple para que sus teléfonos cumplan esta función es la NFC (Near Field Communications, por sus siglas en inglés), que consiste básicamente en “un bluetooth avanzado”, dice Ricardo García, gerente general de Place to Pay, pues al acercar el móvil al terminal de pago se transfiere la información.
Laura Anchico, directora comercial de Place to Pay y presidenta de la Comisión de Pagos y Antifraude de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, explica que para hacer pagos con los teléfonos de Apple “el primer paso es ingresar la información de la tarjeta al teléfono y este se comunica con el banco por medio de un token que es un número que sustituye los datos de la tarjeta y permite realizar la transacción”.
Para llegar a este punto Apple ha tenido la tarea de integrar a los usuarios de sus últimos móviles a los establecimientos de comercio y a los bancos. Algo nada fácil pero en lo que sigue trabajando, por ahora en los Estados Unidos, porque en Latinoamérica seguro se tardará unos años más en funcionar.