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Los ayunos intermitentes se han popularizado en los últimos años con la ayuda de Internet y las redes sociales, pero han estado presentes a lo largo de la historia, explica el Coordinador de la Maestría en Nutrición Deportiva de la Universidad CES, Maximiliano Kammerer López.
“Lleva muchos años, incluso los romanos y los griegos tenían por creencias religiosas que con periodos de ayuno prolongado iban a purificarse. En la Biblia también, Jesús ayunó varios días. Desde el punto de vista político se han visto, con huelgas de hambre que han hecho personajes como Gandhi, quien dejó de comer durante 21 días y lo hizo varias veces. Entonces, es un tema tratado desde lo religioso y lo político”.
Con la salud, Kammerer advierte que hay dos usos reconocidos: para el tratamiento de enfermedades de trastornos como “epilepsia, párkinson y alzhéimer se han venido trabajando con ayunos y dieta de tipo cenogénica (alto contenido en grasas y bajo en hidratos de carbono) y también ha estado de moda para el control de peso”, lo que se conoce hoy en día como ayunos intermitentes.
La idea es pasar una cantidad de tiempo determinada restringiendo la ingesta de alimentos. Kammerer explica que en los estudios ha demostrado ser efectivo para disminuir el consumo de calorías, pero para ciertos casos no es recomendable. Cada persona debe evaluar muy bien con un profesional si puede o no hacerla.
El coordinador reconoce que los efectos en la pérdida de peso son positivos, similares a los que se consiguen con una dieta hipocalórica, es decir, con pocas calorías, por lo que algunos críticos argumenten que no es necesario evitar comer, solo tener un mayor control. Sin embargo, Kammerer insiste en sus ventajas: “Es efectiva en pérdida de peso y es fácil de seguir, no requiere ingredientes exóticos y costosos o tiempos precisos, solo disciplina y fuerza de voluntad”, aunque es enfática en que no es una única dieta recomendable para todas las personas.
Quienes no deberían realizar ayunos intermitentes son los atletas de alto rendimiento, o que buscan hacer que crezcan y se marquen sus músculos, porque en esos casos se busca que haya un consumo alto que facilite esa transformación, pero si se está dando un déficit, será doble trabajo para poder compensarlo y podrá tener un impacto negativo en el cuerpo.
Así mismo, la nutricionista y dietista Gloria Cecilia Deossa Restrepo, especialista y magister en nutrición humana y profesora de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Antioquia, advierte que atletas de alto rendimiento, en días previos a una competencia, tampoco deben acudir al ayuno porque el desgaste energético es fuerte y el cuerpo va a tener que compensar “alimentándose” de otras forma.
Sin embargo, Camilo Jaramillo, autor del libro El Milagro Metabólico, asegura en este que el desgaste muscular es más un mito y se soporta en que el cuerpo humano evolucionó para resistir largos periodos de tiempo sin alimentarse, según los ciclos de caza que se daban en la antigüedad.
Al respecto, Deossa afirma que nuestros hábitos alimenticios son muy diferentes a los de esa época y que si bien en el cuerpo hay glándulas que propician la conservación de nutrientes, activarlos puede ser contraproducente, porque eventualmente harán más complicada la pérdida de peso.
Además, Deossa advierte que, no debería acudirse al ayuno para bajar de peso, porque hay otros caminos efectivos y sin riesgo para el cuerpo, como el ejercicio físico.
Existen diferentes tipos de ayunos, dependiendo de la cantidad de tiempo que se esté privando del alimento al cuerpo. Esos intervalos, en los que se puede comer, se conocen como ventanas de alimentación.
Como explica la nutricionista Claudia Preciado, especialista en Nutrición Humana con énfasis en Enfermedades Crónicas y magister en Nutrición en la Actividad Física y el Deporte, “el más común es el 14-10, que son 14 horas sin comer y 10 en las cuales puede hacerlo”, allí las horas del sueño son una gran ayuda para cumplir con el tiempo.
En segundo lugar, está el de 16-8, que “es el más usado y estudiado. Toda su alimentación debe hacerse en una ventana de 8 horas, pero entra la duda de si usar ese periodo de alimentación en el día o en la noche”, ya que puede traer diferencias metabólicas. Por ejemplo, durante el Ramadán de los musulmanes, el ayuno se da durante el día, mientras hay luz solar.
El tercer tipo sería el de 18-6, que es más estricto y que solo se vería superado por “un concepto nuevo que habla de una sola comida al día”, pero de este último no se han adelantado grandes estudios, por lo que no hay información que lo sustente y puede representar un riesgo para la salud.
En caso de querer empezar a practicar esta dieta, Preciado recomienda empezar con un crecimiento exponencial, acompañar con la ingesta de líquidos como agua o té, previniendo deshidratación y ayudándole al cuerpo para que sea más sencillo. La nutricionista es enfática en advertir que al llegar a la ventana de alimentación, no se debe caer en una ansiedad descontrolada por comer, porque hay una alta probabilidad de perder todo el trabajo que se adelantó.
De nuevo, lo más importante es informarse y acompañarse por un profesional y no caer en recomendaciones de Internet que pongan en riesgo su salud o empeoren su estado físico