Cualquier persona que tenga acceso a un reloj inteligente con la función de monitorear el corazón puede estar atento a su salud cardíaca, convirtiéndose en un hábito que puede ser determinante, especialmente si se tiene alguna predisposición o si se suele poner a trabajar extra este órgano, como lo hacen los deportistas profesionales y aficionados.
“Ahora que está de moda hacer maratones o montar en bicicleta, la mayoría de gente no sabe que el ejercicio de alto rendimiento puede generar arritmias. El ejercicio extenuante o de alto rendimiento no es bueno para el corazón, incluso puede desarrollar fibrilación auricular”, comenta la electrofisióloga de la Universidad CES, Oriana Bastidas.
La fibrilación auricular es la arritmia más prevalente, advierte la doctora Bastidas, y puede generar desde palpitaciones, dificultad para respirar y malestar; hasta predisponer a que se formen coágulos o trombos dentro del corazón y se vayan para la cabeza, lo que produce trombosis cerebral o accidente cerebrovascular agudo, eventos muy delicados para la salud. Dispositivos como el Apple Watch alertan estos eventos y son capaces de tomar un electrocardiograma y compartirlo en formato PDF, para llevarlo a la consulta.
Con estas mismas funciones y facilidades existen otros dispositivos para hacer electrocardiogramas al instante y recibir la información en el celular, por ejemplo, el Kardia de Alivecor, una tableta, no más grande que una tarjeta para cargar en la billetera, donde el paciente pone sus pulgares y en segundos manda el examen a un dispositivo móvil. Estas se encuentran desde los 99 dólares, mientras que un Apple Watch se encuentra desde los 120 dólares y puede ser más complejo de manejar.
Aunque la inversión en estos dispositivos puede ser alta, también significan un ahorro en tiempo y dinero, pues ya no se tiene que hacer el examen tradicional con electrocardiógrafo y las 12 derivaciones, que son las “chupitas” que se ponen en el pecho. Además, permiten un seguimiento de la actividad cardíaca en el tiempo.
Más pequeños y portátiles
Los electrocardiógrafos convertidos en relojes inteligentes o tarjetas no son los únicos dispositivos de monitoreo cardíaco que han cambiado de tamaño, de hecho, el avance tecnológico en general apunta a hacer aparatos cada vez más pequeños y manejables, además de efectivos. Otro ejemplo, son los ecógrafos, que pasaron de ser equipos que necesitaban un carro para su movilización en un centro médico, a ultrasonidos portátiles que caben en una maleta y facilitarían “hacer telemetría incluso en zonas apartadas de Colombia, donde hay población que no tiene acceso rápido a un centro de salud”, explica Diana Parra, directora Comercial de Monitoreo de Diagnóstico de Kaika, una empresa especializada en venta y servicio técnico de equipos médicos y quirúrgicos para laboratorio e industria.
El avance de los ultrasonidos no solo se ha dado en tamaño, también les permite a los profesionales hacer varios “paquetes de cuantificación, principalmente para poder llegar a otro tipo de patologías que anteriormente no era posible”, explica Parra. Incluso algunos llegan a generar imágenes tridimensionales que antes solamente se usaban en ginecobstetricia. “Ahora, las imágenes en 3D se utilizan para calcular todo lo que son volúmenes, facciones de dirección, velocidades, presiones, para facilitar el diagnóstico”, añade. Para imagenología (el conjunto de técnicas y procesos usados para crear imágenes del cuerpo humano, o partes de él, con propósitos clínicos), también se está recurriendo a la inteligencia artificial que, en el caso del corazón, facilita a los equipos reconocer las imágenes sin que los profesionales tengan que hacer algún movimiento. “Te completa la imagen, el equipo detecta las cavidades, las válvulas, el ventrículo y va a identificar cómo se están moviendo, va a poder hacer cálculos de volúmenes, de contractilidad cardíaca, solo adquiriendo una imagen”, lo que acorta el tiempo de evaluación y diagnóstico, especialmente importante en pacientes críticos.
Si los diferentes tipos de equipos de monitoreo utilizados en un paciente comparten tecnología, también pueden integrar información entre sí facilitando el manejo de los individuos y ahorrando procesos dentro de los centros e instituciones de salud.
En el monitoreo, la información es clave, tanto para recogerla, procesarla y compartirla de manera precisa, ágil y clara. Los segundos que se ahorran los profesionales pueden ser determinantes en la atención de un paciente, especialmente cuando se trata de la salud cardiovascular que favorezca el bienestar de los usuarios.