viernes
7 y 9
7 y 9
Así era La Tatacoa cuando era un gran bosque
Investigación caracteriza los ambientes de la región en el Mioceno medio y logra más descubrimientos.
-
Formación Villavieja (La Tatacoa) -
San Alfonso, donde hubo más hallazgos también. FOTO Luis Norberto Parra
17 de diciembre de 2018
bookmark
Hoy le dicen desierto, pero es un bosque seco tropical y no siempre fue así: tuvo bosques y muchos ríos.
Aparte de esto, La Tatacoa es asociada con la astronomía y, en especial, con albergar yacimientos fosilíferos más ricos del planeta del periodo geológico del Mioceno medio, hace unos 13 a 11 millones de años.
Si bien ha habido y persiste el saqueo de fósiles que afectan el conocimiento de la fauna y la flora que existió en esa región conocida como el Grupo La Venta, se han hecho descubrimientos de animales grandes y pequeños que poblaron el área.
En su tesis de doctorado, la investigadora de la Universidad Nacional, Yaneth del Socorro Muñoz Saba, determinó los paleoambientes relacionados con los primates fósiles a partir de la paleovegetación (macrofósiles y polen fósil), estudio en el que se registraron vertebrados en algunas de las cinco formaciones determinadas.
El estudio reveló el hallazgo por primera vez de polen fósil en La Venta: 622 taxones (grupos de organismos emparentados), y los primeros registros de vertebrados fósiles en San Alfonso y Las Mesitas.
La investigadora explicó a EL COLOMBIANO aspectos de su trabajo:
¿Cómo era La Tatacoa hace 12, 13 millones de años? ¿Sí era como la región amazónica?
“El denominado Desierto de La Tatacoa, durante el Mioceno medio (13 – 11 Ma -millones de años), no era como la región amazónica como dicen diferentes autores, más se parecía a diferentes ambientes de la región Orinoquia, al Valle del Magdalena y pie de monte llanero. Los paleoambientes de lo denominado técnicamente como La Venta, eran:
1. Hacia la base, por la localidad de San Alfonso, sabanas secas asociadas con matorrales abiertos y pequeños bosques de ribera asociados con ríos cordilleranos de caudal permanente o no; muy semejante al ambiente actual allí.
2. Hacia San Nicolás, el paisaje que predominaba era un río meándrico, permanente, estable, con gran caudal; asociado con un bosque de ribera denso, humedales, sabanas inundables, sabanas arboladas y matorral abierto; muy semejantes a los bosques de ribera del Río Tomo (Departamento del Vichada). Hoy esta área está asociada con matorrales abiertos y sabanas secas.
3. La Quebrada Cerbatana se caracterizaba por presentar un río trenzado, elongado, muy ancho, profundo; asociado con bosques de ribera de hasta 3 metros de altura; muy semejante a los bosques de ribera del Río Ariari (Departamento del Meta). Actualmente esta área se conforma de pastizales ralos con arbustos de clima seco y grandes áreas carentes de vegetación.
4. El área de Villavieja o el Desierto de La Tatacoa como tal, se conformaba por ríos ondulados de bajo caudal, donde llegaban ríos tributarios; asociados con un bosque húmedo siempre verde, estratificado, de cerca de 15 metros de altura, sabanas secas arboladas, y bosques de ribera hasta de 30 metros, semejantes a los del Valle Medio del Magdalena. Hoy Villavieja está conformada por matorrales abiertos y bosques estacionales .
5. El último paisaje se registra hacia Las Mesitas, el cual se conformaba por la presencia de un río ondulado, con abundantes tributarios, muy semejantes a los ríos cordilleranos de San Alfonso, pero mucho más pequeños y de cauce suave; por lo tanto, los paisajes que se registraban eran: bosque de ribera, sabana arbolada, y bosque húmedo siempre verde estratificado entre los 30 y 40 m de altura; también se registraba un relieve de montaña, semejante al pie de monte llanero colombiano. Actualmente esta área está conformada por un paisaje de bosque seco tropical”.
¿Por qué hubo tanta variación, ambiental, es normal?
“Se presentó una variación gradual de ecosistemas (paisajes) secos a húmedos de bosques multiestratificados. En parte, por el levantamiento de la Cordillera Oriental que ocurrió entre los 15,10 y 13,90 Ma; que ocasiona un cambio abrupto de las paleocorrientes en dirección E-SE este-sureste); y el incremento de las lluvias en uno de los flancos cordilleranos, y en el otro se incrementó la sequía”.
¿Dice que hay mucho
fósil por identificar aún?
“Sí. Hay mucho material que se recolectó en la presente investigación que aún falta por identificar, al igual que el material depositado en varias colecciones científicas nacionales e internacionales. También se deben verificar los nombres taxonómicos (nombres científicos) y realizar determinaciones detalladas ya que muchos se encuentran a un nivel de orden, familia o género, entre muchos otros estudios”.
¿Están en ese trabajo?
“Sí, estamos trabajando y empezamos a hacer alianzas estratégicas con especialistas en cada uno de los grupos tanto de Colombia como del exterior para poder identificar el material, ofertando entre otras estrategias la realización de trabajos de pre y posgrado, lo cual nos permitirá reafirmar esta línea de investigación en Colombia.
En La Tatacoa los lugareños poseen pedazos de fósiles, ¿se ha perdido mucha evidencia?
“Sí... totalmente. Después de que una persona toma un fósil, se pierde todo su contexto espacial; es por ello que eso lo hacen las personas que se han capacitado en este tema, los paleontólogos en asocio con los estratígrafos, entre otros expertos. Cuando entrega una persona un fósil se puede decir qué especie es, pero se ha perdido todo el contexto ambiental; y fuera de todo, las personas lavan este material perdiendo la información y deteriorando el fósil. El manejo y preservación de las colecciones también lo debe realizar personal idóneo, capacitado en conservación preventiva; ¿además dónde van a quedar depositadas estas colecciones?.
Te puede interesar
El empleo que busca está a un clic
